La fauna del Pirineo: qué animales puedes ver en nuestras rutas ecuestres

Explorar el Valle de Benasque a caballo es una experiencia única que permite no solo disfrutar de paisajes espectaculares, sino también conocer la rica biodiversidad de esta región singular, situada en la provincia de Huesca (Aragón), cerca de la frontera entre España y Francia.

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Desde la ganadería extensiva hasta la fauna silvestre, cada ecosistema del Pirineo aragonés alberga numerosas especies de animales adaptadas al entorno de alta montaña, creando un equilibrio natural fascinante. 

Ganadería extensiva: clave para el ecosistema 

La ganadería extensiva desempeña un papel crucial en el mantenimiento del equilibrio ecológico del Valle de Benasque. La cría y pastoreo de razas autóctonas como la vaca parda de montaña, diversos tipos de ovejas y la cabra pirenaica favorece la biodiversidad al controlar el crecimiento de especies invasoras, reducir el riesgo de incendios y regenerar nutrientes del suelo. 

Durante nuestras rutas ecuestres por el puerto de Sahún junto al Valle de Plan o en el Valle de Estós, también podemos encontrar manadas de caballos hispano-bretones, una raza robusta y resistente que se cría en semilibertad. Estos caballos, adaptados a los rigores de la alta montaña, pastan en los puertos alpinos en verano y descienden a zonas más bajas en otoño, contribuyendo a la conservación del paisaje.

Este hábitat es fundamental para la supervivencia del urogallo, una especie protegida.

Bosque mixto: el refugio de la biodiversidad 

Uno de los hábitats más bonitos para disfrutar de una ruta a caballo es el bosque mixto. Situado entre los 1.100 y 1.800 metros de altitud, este ecosistema alberga una variada flora y fauna. Al pasear a caballo entre su exuberante vegetación, que incluye árboles como robles, fresnos, álamos temblones y cerezos silvestres, podemos avistar aves como arrendajos, petirrojos y el picapinos. Este bosque también es hogar de especies nocturnas como el búho real. 

En cuanto a los mamíferos, el jabalí es el animal más abundante de este ecosistema, pero mientras cabalgamos por esta zona también podemos encontrar zorros rojos, comadrejas, tejones, ginetas o el esquivo gato montés. En ocasiones cuando cabalgamos por esta zona también podemos encontrar algún corzo. Un cérvido de pequeño tamaño identificable por tener la parte trasera blanca. Es una especie reintroducida que se está expandiendo mucho. 

Bosque de pino negro: el hogar del urogallo 

Siguiendo nuestro paseo ecuestre por los diferentes pisos altitudinales, al ascender entre los 1.800 y 2.100 metros de altitud, nos encontramos con el bosque de pino negro. Este hábitat es fundamental para la supervivencia del urogallo (Tetrao urogallus), una especie protegida que se ha adaptado a este entorno hasta el punto de que, en invierno, es capaz de digerir las hojas del pino.

Los claros del bosque son el lugar ideal para que, en primavera, los urogallos hagan su parada nupcial, seduciendo con sus cantos a las hembras. Estas suelen poner entre cinco y doce huevos en un hoyo en el suelo, donde los incuban. Debido a la acción de depredadores como los jabalíes o las aves rapaces, y la elevada mortalidad de los polluelos, la población de urogallos aumenta muy lentamente. 

El quebrantahuesos: el gigante de los cielos pirenaicos 

Durante un paseo a caballo por el Pirineo aragonés es importante mirar al cielo, ya que es fácil avistar a un quebrantahuesos (Gypaetus barbatus) en pleno vuelo. Se trata de una de las aves más imponentes de la península ibérica, con una envergadura de hasta 3 metros. En el Pirineo aragonés se encuentra la mayor concentración de esta especie en Europa, con unas 100 parejas reproductoras. 

A diferencia de otros buitres, el quebrantahuesos se alimenta principalmente de huesos, que deja caer desde gran altura para romperlos y poder ingerirlos. Forman parejas de por vida y reutilizan el mismo nido cada año, incubando los huevos entre diciembre y marzo. 

Un destino ideal para disfrutar de la naturaleza

En las rutas de Anima Equi que transcurren por el Parque Natural Posets Maladeta, podemos cruzarnos con habitantes como el rebeco sarrio, el ciervo, la marmota, el oso pardo y el urogallo. En alguna ocasión también podemos ver a la majestuosa águila real. Sus numerosas rutas lo convierten en un destino ideal para el turismo ecuestre y el senderismo. 

Además, su entorno está salpicado de pueblos con encanto como Anciles, Sahún, Benasque o las villas de El Solano, donde puedes descubrir castillos medievales, ermitas y la exquisita gastronomía local. Montar a caballo por el Pirineo es mucho más que una aventura: es una inmersión en un ecosistema vivo, donde la naturaleza y la tradición conviven en armonía.

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